«Los dogmas religiosos no solo te atan de manos y te limitan a ser tu mismo, sino que, también, forman en las personas, desde que son pequeños un miedo irracional para acatar todo lo que les digan sin cuestionarse el porqué lo hacen. Como si estuvieran sedados, viviendo inertes, con ego superficial y vacíos que no explican nada. Soy ateo porque la filosofía de vida que explica de manera lógica, moral y humanitaria el mundo que nos rodea, llevará a desarrollar las capacidades humanas a un nivel adecuado que nos beneficie como especie y que beneficie a la realidad que vivimos, dejando un legado de educación moral humanitaria laica,atenuando las 'garrafadas' de los creyentes religiosos intolerantes que nos empobrecen y frenan el potencial de todas las personas».